domingo, 6 de diciembre de 2009

Gehena


Gehena
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Ge Hinnom en 1900.
Gehena (en griego: Geena; en hebreo: Gai Ben Hinnom (גהינום, valle de Hinón) es el infierno o purgatorio judío. En el judaísmo el infierno es un lugar de purificación para el malvado,[1] en el que la mayoría de los castigados permanece hasta un año, aunque algunos están eternamente.[2]
El nombre derivó del incinerador de basuras cercano a Jerusalén, la cañada o barranco de Hinón, identificada metafóricamente con la entrada al mundo del castigo en la vida futura.
Gehena también aparece en el Nuevo Testamento y en las primeras escrituras cristianas como el lugar en donde el mal será destruido. Presta también su nombre al infierno del Islam, Jahanam. En las escrituras rabínicas y en las cristianas, el Gehena como destino del pecador es diferente a Sheol, el lugar dónde habitan todos los muertos.


Etimología
"Gehena" deriva de Ge Hinnom (גי הנם), que significa «Valle de Hinón». Ge Hinnom también se llamaba Gai ben-Hinnom (גיא בן הנם), que significa «valle del hijo de Hinón». El valle estaba fuera de la muralla sur de la antigua Jerusalén, y se extiende desde el pie del Monte Sion hasta el valle Kidron, al este. Es mencionado en la Biblia en diversos versículos como «valle de Hinón», «valle del hijo de Hinón» o «valle de los hijos de Hinón». No se describe como el infierno, sino como un valle real situado en Jerusalén (Josué 15:8 y 18:16, II Reyes 23:10, II Crónicas 28:3 y 33:6, Nehemías 11:30, Jeremías 7:31~32, y 19:2, 19:6 y 32:35), pero aunque en unas versiones aparece transliterado como gehena, en otras se traduce por infierno. Después del año 638 a. C. el valle de Hinón se convirtió en el lugar utilizado para incinerar los desperdicios de Jerusalén.
La palabra gehena (Gehenem, Jahanam) también aparece en el libro santo musulmán, el Corán, como lugar del tormento para los pecadores, el equivalente islámico del infierno cristiano.

Historia
La puerta del sudoeste de Jerusalén, abierta hacia el valle, vino ser conocida como «valle del hijo de Hinom» (Jeremías 7:31 19:2-6 y 32:35); el libro de Jeremías habla de los residentes que adoraban a Moloch, presagiando la destrucción de Jerusalén (Jeremías 32:35). En épocas antiguas los cananeos sacrificaban a niños al dios Moloch, quemándolos vivos; una práctica que fue proscrita por el rey Josías (II Reyes, 23:10).[nota 1] Cuando la práctica desapareció, se convirtió en el vertedero de la ciudad donde se incineraba la basura, y también los cadáveres de animales o los de algunos criminales.
[editar] Gehena en el cristianismo
En los evangelios sinópticos Jesús utiliza la palabra gehena 12 veces para describir lo contrario a la vida del Reino prometido.[3] Es un lugar en donde el alma y el cuerpo se podrían destruir (Mateo 10:28) en un fuego inapagable (Marcos 9:43).
Según Mateo 23:33, Jesús dice: Vosotros, serpientes, generación de víboras, ¿cómo podréis escapar al castigo del Gehena? Esta palabra se encuentra también en la Epístola de Santiago. Muchos cristianos asimilan gehena como el lugar de castigo eterno llamado infierno.[4] Por otra parte, los aniquilistas, como los testigos de Jehová, entienden gehena como el lugar en donde los pecadores impenitentes son destruidos, no como un lugar donde las almas sean atormentadas eternamente. Los universalistas cristianos, que creen que Dios salvará a todas las almas, interpretan las referencias del Nuevo Testamento al Gehena en el contexto del Antiguo Testamento, y concluyen que se refiere siempre al inminente juicio divino contra Israel y no al tormento eterno para el pecador.
El nuevo testamento se refiere al Hades como destino de los muertos o sepultura común de la humanidad, un lugar distinto al Gehena. En el Apocalipsis 20:14 se describe el destino final del Hades en un lago de fuego lo que para muchos cristianos significa lo mismo que gehena.

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